Cualquier incidencia que se dé en la carretera tiene una motivación. Esta puede ser única o bien una combinación de desafortunadas circunstancias. Sea como sea, son tres los factores que intervienen en un accidente de tráfico; hoy te los vamos a desgranar para que tengas una mayor consciencia de cómo nos relacionamos con el entorno y cómo deberíamos hacerlo.
¿Cuáles son los factores que intervienen en un accidente de tráfico?
Los elementos que condicionan cualquier accidente son tres: la vía y el entorno, el conductor y el vehículo.
La vía y el entorno
La vía es el soporte físico de nuestro sistema de tráfico, donde se lleva a cab la acción de conducción. Este se desarrolla y nosotros, tanto conductores como peatones y pasajeros, somos partícipes activos de él.
Esta es fija y estática. Sin embargo, las situaciones que en ella se dan son totalmente diferentes cada vez, esto es, cambia el entorno. Somos las personas quienes debemos adaptarnos a esas situaciones que se dan de manera diferente cada vez.
Las exigencias de la vía
Aunque la parte física de la vía ‘no es cambiante’, se exige que las actuaciones se adapten al entorno y a las circunstancias específicas. Es por ello que ni nuestra conducción ni actitud deben ser siempre iguales, siendo capaces, cada uno de nosotros, de ofrecer respuestas a las necesidades de la vía y su entorno en cada momento. Estas exigencias se imponen en base a:
- Características de la vía. Nos referimos tanto a las que le son dadas en su construcción y remodelación, como su tamaño, cantidad de carriles, elementos de seguridad como vallas o árboles, curvas, material del pavimento, etc, como a las que le vienen con el paso del tiempo, como el desgaste, la falta de adherencia…
- Condiciones del ambiente y la meteorología. Son muchos los aspectos que nos condicionan en este caso: La presencia de hojas caídas, arena o tierra movida por el aire, el propio viendo, el hecho de que el pavimento esté mojado o seco, la cantidad de luz, la nieve o la lluvia intensa e incluso la temperatura harán que tengamos que optar por uno u otro tipo de neumático, colocar cadenas, aminorar la velocidad, etc.
- Circulación. Obviamente, el ritmo de la circulación y la densidad de vehículos, la presencia de muchos vehículos pesados o de ciclistas harán que también nos tengamos que adaptar. En esencia, hay que considerar la composición de la circulación para adecuar nuestra velocidad, aumentar la distancia de seguridad…
- Normas y señalización vial. La normativa no es igual en todos los tramos de vía, lo cual hace que, inevitablemente, conduzcamos de manera diferente. Aunque la normativa nos indique algo,habrá zonas donde la señalización nos mande hacer lo contrario, como ocurre, por ejemplo, con la prioridad de los vehículos que circulan por la derecha, que se pierde con un simple ceda.
El conductor
El segundo de los factores que intervienen en un accidente de tráfico es el conductor.
La formación teórica y práctica específica recibida para la obtención de su permiso debe cualificarle para responder, como decíamos antes, a las diferentes situaciones que se puedan presentar en la vía cada vez y que, sinceramente, son infinitas, pues tenemos elementos que se combinan entre sí de muchísimas maneras diferentes.
Así, se vuelve esencial que la persona reciba el máximo de información y que tenga, además, una más que adecuada capacidad de reacción.
- Recepción de información. Son los estímulos del entorno que llegan a la persona a través de sus sentidos. Tras su percepción es necesaria una valoración que servirá para tomar las decisiones oportunas que se materializarán en movimientos de manos y pies para interactúa con los elementos del vehículo para que este actúe a voluntad. Así, actúa como transformador de estímulos en acciones de respuesta.
- Capacidad de respuesta. Es el compendio de aspectos como los anteriores sumados a el tiempo que se necesita para llevarlos a cabo. Con demasiada información o una recepción deficiente, ocurre que ni obtenemos todos los estímulos, ni los captamos ni los valoramos, lo cual nos lleva a realizar acciones pocos adecuadas para tal caso.
Determinación de la capacidad del conductor
Podemos determinar, pues, que la capacidad del conductor se determina por factores como:
- Su estado físico. Intervienen el estado de embriaguez, la fatiga, alergias, consumo de medicamentos, enfermedades de la vista o el oído, la obesidad e incluso los propios reflejos.
- El estado psíquico. Un estado emocional extremo como ira, excesiva tristeza o preocupación van a condicionar muy negativamente nueva manera de conducir.
- El nivel de vigilancia. Aunque es cierto que no podemos estar pendientes del cien por cien de elementos que intervienen en la circulación, siempre debemos estar alerta, adaptándonos a las exigencias de cada situación y, por supuesto, sin sorprendernos por nada.
- Su conocimiento sobre la normativa. Las actuaciones apropiadas sólo son factibles cuando el conductor conoce la normativa que debe cumplir.
- Su competencia a nivel técnico. Interviene la formación práctica dada en autoescuela, pero también la conducción que se dé después, considerando tanto la cantidad como la diversidad de situaciones vividas. También están muy presentes los hábitos que se adquieren prácticamente sin que nos demos cuenta y la manera general que tiene cada persona a la hora de resolver conflictos.
- El vehículo. Lo veremos a continuación.
Cabe destacar que todo lo anterior se puede aplicar al resto de personas que forman parte del conjunto vial, pues todos, en mayor o menor medida, condicionamos lo que ocurre en la carretera, en las aceras e incluso dentro de los vehículos.
Así, peatones, pasajeros y usuarios de VMP deben cumplir con sus obligaciones y acatar las normas del Reglamento General de Circulación que se les aplican.
El vehículo
El último de los factores que intervienen en un accidente de tráfico es el vehículo.
Por muy acertado que sea el conductor en sus maniobras y por muy adecuado que sea el entorno y el estado de las vías, si el vehículo no se encuentra en buen estado o sus características no acompañan al resto de elementos, también se producen accidentes.
Consideramos la capacidad total
La capacidad total de un vehículo se da por:
- Sus características mecánicas. Juegan un papel esencial la aceleración, la potencia, la suspensión, el frenado y, básicamente, las prestaciones que este ofrezca.
- Su mantenimiento. Todas esas prestaciones deben encontrarse en un estado óptimo para conducir de manera eficiente y segura. Si la conservación de los elementos es inadecuada o deficiente, la probabilidad de que ocurran errores aumenta. Echa un ojo a las cifras en este aspecto en nuestro país; no te dejarán indiferente.
- Su carga: La dejamos para el final pero, definitivamente, se trata de algo que, aunque puede parecer nimio para muchos, es de vital importancia. Una carga excesiva o simplemente mal ubicada puede ser motivo de un accidente muy grave tanto porque desequilibra el vehículo, porque reduzca la visibilidad del conductor, porque se mueva…
En definitiva…
No cabe duda de que conducir no es sentarse al volante o al manillar. Como ves, es mucho lo que hay que tener en cuenta. La ruptura del equilibrio entre lo que el entorno y la vía demandan y lo que el conductor y el vehículos son capaces de hacer es lo que propicia el accidente. Lo vemos muy claro con este dibujo.
Cuando ocurre un accidente es muy difícil determinar en qué grado han intervenido cada uno de los elementos. Sin embargo, conociéndolos al detalle sí se puede determinar, por ejemplo, cuál de ellos no ha tenido cabida, de manera que podemos ir haciendo descartes.
También es esencial comprender que más allá de una causa aparente puede subyacer alguna otra.
Por ejemplo…
Un accidente ocurre porque un conductor omite la indicación de ceder el paso. Pero… ¿por qué la ha incumplido? Puede que
- No la haya visto porque:
- Sufra problemas de visión y se haya olvidado sus gafas.
- Le lloren los ojos por sufrir alergia repentina.
- La señal estaba tapada por un gran árbol porque no se han realizado las labores de mantenimiento.
- Esta estaba tapada por una bolsa de basura como resultado de un acto bandálico.
- El conductor iba escribiendo un mensaje de texto.
- Considerase que tenía prioridad porque no conoce la prioridad de:
- No lo ha podido evitar porque el vehículo:
- No ha reaccionado correctamente a la frenada porque el neumático no se encuentra en buen estado.
- Iba a una velocidad muy superior a la considerada adecuada para poder parar con seguridad.
Como se puede ver, es necesario ir un poco más allá y determinar qué es lo que ocurre exactamente, cuáles son, por tanto, los factores que intervienen en un accidente de tráfico en este caso. Sólo de esta manera podremos responsabilizar al culpable de manera justa y adecuada según lo ocurrido en cada ocasión. De un hecho simple pueden surgir muchas situaciones que condicionan cualquier sentencia.
Así, es esencial, para cualquier persona que forma parte del sistema de conducción, conocer los factores que intervienen en un accidente de tráfico. Estos, de hecho, nos ayudan enormemente a los peritos de accidentes a la hora de realizar nuestro trabajo.
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