Desde hace años los vehículos han sido dotados de una serie de dispositivos de seguridad, unos que son activos, es decir que funcionan para prevenir accidentes y otros que son pasivos, cuya función es reducir las consecuencias en caso de un accidente. Los airbags pertenecen al grupo de dispositivos de seguridad pasivos al igual que los cinturones de seguridad, cobrando cada vez mayor importancia por reducir las lesiones provocadas por un accidente de tráfico.
¿Qué son los airbags?
Las bolsas de aire o airbags por su nombre en inglés, son dispositivos de seguridad pasivos instaladas en los automóviles modernos, cuya función principal es la de, en caso de una colisión, amortiguar con las bolsas inflables el impacto de los ocupantes del vehículo contra el volante, panel de instrumentos y el parabrisas. Se estima que en caso de que el impacto sea de frente, su uso puede reducir el riesgo de muerte aproximadamente en un 30%.
Existen varios tipos de airbags entre las más comunes se encuentran:
- Frontales: Están colocadas en el volante y frente al pasajero. Protegen el área de la cabeza y el tórax en caso de una colisión de frente.
- Laterales: Se encuentran en los lados de los asientos y protegen el tórax de los ocupantes, en un impacto por los laterales.
- De cortina: Están ubicadas en el techo, justo encima de las ventanas y su función es proteger la cabeza de los ocupantes si el impacto es lateral o si hay un vuelco del vehículo.
¿Para qué sirven los airbags?
Los airbags sirven básicamente para:
- Absorber parte de la energía cinética del cuerpo, frenando suavemente el movimiento de los pasajeros.
- Evitar un impacto contra elementos interiores del coche (volante, salpicadero o parabrisas)
- Reducir el riesgo de heridas producidas por fragmentos de cristal procedentes del parabrisas, sobre todo en cara y ojos.
- Por último, disminuir el movimiento de la cabeza, y por ende el riesgo de lesiones cervicales.
Según los estudios este sencillo y sofisticado dispositivo de seguridad puede evitar aproximadamente el 14% de las muertes en conductores y cerca del 11% en pasajeros.
Sin embargo, no todo es bueno con los airbags, ya que existen casos en los que pueden causar serios problemas a los ocupantes de un vehículo si no se usa de forma correcta. Uno de los casos es si no se lleva el cinturón de seguridad abrochado. Se debe tener muy en cuenta que los airbags son un complemento a los cinturones de seguridad, pero no deben ser considerados como sustitutos de ellos.
¿Cómo funcionan los airbags?
El funcionamiento de los airbags consiste en un sensor de impacto que está ubicado en el frente de la carrocería del vehículo. Cuando se activa este sensor y se produce una desaceleración longitudinal y continua del auto, el sistema infla unas bolsas de doble lámina de poliuretano reforzado colocadas en el interior del volante y en el panel de instrumentos, también algunos modelos están introduciendo airbags en los laterales, con el objetivo de brindar más protección a los ocupantes en caso de una colisión lateral.
Los airbags se llenan con un gas compuesto de nitrógeno y dióxido de carbono que es inyectado a tal fuerza que se libera una presión de unas 2,500 libras, alcanzando un volumen de entre 40 y 80 litros en unas milésimas de segundo.
Con el impacto los ocupantes son despedidos hacia adelante, pero serán frenados por los airbags mediante la salida controlada del gas bajo la presión producida por el ocupante al chocar contra la bolsa, dicho gas va saliendo por unos orificios en la parte posterior, también de forma muy rápida para darle libertad al ocupante de moverse una vez ha cumplido su función.
El tiempo que tarda la bolsa de aire en inflarse es de apenas unas tres milésimas de segundos, desplegándose a una velocidad de 250 km/h. El airbag frontal tarda en disparar aproximadamente unas 30 milésimas de segundo luego del impacto, cerca de 50 a 60 milésimas de segundo después, el conductor impacta contra el airbag, la del pasajero tarda unas 10 milésimas de segundo más tarde. El airbag lateral se activa más rápido que la frontal para ser más eficiente en el cumplimiento de su función de proteger a los ocupantes.
Precauciones para que los airbags no afecten a los menores
Cuando no se utiliza de forma adecuada un sistema de retención para niños y que esté demasiado cerca del airbag, en caso de una colisión, supone un auténtico riesgo para su bienestar. Los airbags están diseñados para un adulto que esté usando el cinturón de seguridad, por tal razón sería catastrófico si un niño va suelto en el vehículo. Sin embargo cuando el niño utiliza correctamente su silla de seguridad, el airbag no debe suponer ningún riesgo adicional.
Para mayor seguridad el asiento trasero es más recomendable, a menos que el niño tenga una condición médica que necesite supervisión, como por ejemplo, problemas respiratorios. Lo más importante es evitar cualquier riesgo y sentar los niños en sus sillas infantiles, acorde a su edad, en los asientos traseros.
Consejos para el uso correcto de los airbags
A continuación algunos consejos que debes tomar en cuenta para usar de forma correcta los airbags:
- Usar siempre el cinturón de seguridad, las principales lesiones por airbags ocurren porque el ocupante no llevaba su cinturón de seguridad.
- Colocarse a una distancia correcta del airbag delantero, en el caso del conductor no demasiado pegado al volante, también se deben colocar las manos sobre el volante y los pies sobre el piso del vehículo para evitar movimientos inesperados.
- El airbag del pasajero es incompatible con las sillas infantiles que se sitúan en la parte delantera en sentido hacia atrás. Al activarse la bolsa de aire el niño sería lanzado hacia la parte trasera, el resultado puede ser catastrófico.
- Si los airbags no se activan luego de un impacto, suelen hacerlo al momento del rescate, por tal razón es recomendable desconectar la batería del vehículo y esperar unos minutos hasta que ya no haya ninguna energía que pueda activarla.
Déjanos un comentario y comparte tu experiencia con los airbags.
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