¿Conoces lo que significa exactamente el término siniestro total? No te pierdas esta entrada porque puede servirte en caso de que, por desgracia, sufras un accidente en el que se dé la situación de que tu vehículo o el de un conocido termine con dicha consideración.
¿Qué debe ocurrir para que hablemos de siniestro total?
La denominación de vehículo siniestro total se da cuando, tras formar parte de un accidente de tráfico, incendio, robo o problemas diversos, el automóvil en cuestión no se puede reparar o realizar dicha reparación es inviable.
Si nos vamos a la mera literalidad de la normativa y documentación que regula el concepto como tal nos encontramos que se declarará siniestro total si:
- El automóvil no puede volver a su estado anterior aunque se realicen diversas reparaciones.
- La reparación de este supone un coste mayor del valor que tenga el vehículo en el momento.
La reparación de un vehículo declarado siniestro total
A priori la respuesta a si se puede reparar un vehículo declarado siniestro total es que no. Resulta obvio pues esta es la condición para que se le dé dicha consideración.
- Si esta denominación se nos da porque la reparación no es posible, obviamente no hay nada que hacer. Esto ocurre cuando las piezas quedan tan tocadas que no pueden volver a su estado original, tanto a nivel físico como de usabilidad o ni siquiera es posible su sustitución porque estas se encuentren, por ejemplo, descatalogadas.
- Sin embargo, si lo que ha ocurrido es que la reparación se estima por un valor superior al al valor del vehículo es el propietario de este quien decide si quiere que se lleve a cabo dicha reparación.
En este caso, es la aseguradora del conductor responsable quien debe hacerse cargo del coste de la puesta a punto del vehículo en cuestión.
Lo habitual es que cuando un vehículo queda siniestro total su propietario reciba una indemnización económica. Esta, por lo general, es un poquito más baja del valor venal del automóvil. Sin embargo, no existe ningún tipo de baremo o similar sino que la cantidad “se acuerda” con la aseguradora. El problema viene cuando la indemnización que te ofrecen está muy por debajo de lo que consideras que corresponde.
Si no estás de acuerdo y no quieres ir a juicio puedes decidir, entonces, llevar a cabo la reparación. De esta manera te aseguras de disponer de un vehículo en condiciones y de que el accidente no haya supuesto para ti una merma económica. Tu vehículo debe quedar, como mínimo, en el estado en que se encontraba antes de sufrir el accidente fruto de su estado actual.
Sin embargo, si consideras que esto no va a ser así, que su arreglo no será del todo adecuado o simplemente no deseas mantener el vehículo tendrás que aceptar la cantidad que se te ofrece o que puedas negociar o bien tendrás que solicitar intervención de un comité en juzgado para ajustar la indemnización de acuerdo a un valor real y corroborado en el momento, lo cual es engorroso y te hace perder tiempo.
Deja una respuesta