Al igual que hace un tiempo os trajimos un curioso post sobre fraudes al seguro que fueron descubiertos, hoy queremos relatar algunas de las multas reales de tráfico que no podrás creer. Se trata de un artículo curioso pero que siempre sirve para enseñarnos algo. ¿Vamos a ello?
Multas reales de tráfico a ciclistas
Comenzamos por unas cuantas sanciones a ciclistas, uno de los colectivos que más sufre en la carretera.
Es cierto que hay algunas como ir por la acera o hablar por teléfono que, aunque hablemos de una bicicleta, son comprensibles. Sin embargo, hay multas como las impuestas por no tener tiempo o por ir comiendo un croissant, que nos hacer plantearnos muchas cosas.
Multas con base en objetos inexistentes
Una multa en Barcelona podría haber acabado en un pago de una cuantía jugosa y retirada de puntos si no fuese porque era imposible probar la acusación de la Guardia Civil.
Esta hizo el alto a un conductor por ir al teléfono mientras conducía. ¿El problema? Este no llevaba ningún teléfono en el coche, como bien comprobaron tras su registro.
Aún así, nuestro amigo conductor fue multado con la “simbólica” cifra de 60 euros por tocarse la oreja en una curva.
Si te lo preguntas, sí, el pobre hombre se quedó tan pasmado como nosotros, llegando a preguntar si la situación forma parte de una broma de cámara oculta.
Multas reales de tráfico con objetos que no debían estar ahí
Y si en el caso anterior en la escena faltaba el aparato objeto de multa, en este ocurre lo contrario, que había un objeto de más.
Hablamos del conocido caso del conductor que no dudó en seleccionar los mejores complementos de dama (pañuelo, gafas de sol, peluca y demás) para ponérselos a su maniquí, quien lo acompañaría una mañana de entre semana al trabajo. ¿La multa? Por utilizar el muñeco haciéndolo pasar por persona en una vía de alta ocupación en la cual se metió para esquivar los tan frecuentes atascos de la A-6.
Multas difíciles de creer a motoristas
Un motorista, presto a librarse de una multa -o al menos, de un rapapolvo- por llevar una bandera que impedía la correcta visión de su matrícula, tuvo que terminar pagando, atención, por “reducir la adherencia de la calzada por depósito en la vía de objetos o materias que entorpecen la circulación”. ¿Esto qué significa? Que al chico, al levantar el asiento donde llevaba la documentación, se le cayó una caja de chicles al suelo.
Sí, ese fue el terrible crimen por el que fue sancionado. Eso sí, aunque le damos este tono humorístico, no estamos quitándole culpa frente al hecho de llevar la matrícula parcialmente tapada, algo que, por otro lado, podía ser un error de segundos.
Multas condicionadas
Terminamos con un punto curioso, uno en el que son los cuerpos de seguridad los causantes de las sanciones, o más o menos.
El primer caso es el de un desvío de la circulación con agentes por motivo de una manifestación. Pasado el tiempo, los conductores que fueron desviados al Barrio de las Letras, recibían sus correspondientes multas en casa por ser zona de residente.
Finalmente, tenemos un caso que parece ser el colmo de los colmos. 13 multas en 28 minutos. ¿El motivo? Que los conductores giraban la cabeza para verificar qué era un cajetín que se encontraba al lado de la calzada, considerándose que se distraían en la conducción. Por suerte, estas multas fueron retiradas.
¿Qué te han parecido estas multas reales de tráfico? ¿Cuál te ha sido más curiosa?
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