En una entrada anterior ya abordamos el tema del temor a sentarse al volante, concepto que se conoce como amaxofobia. Os hablábamos de lo que es, de sus causas y de cómo se presenta en nuestro país. Sin embargo, nos quedaba en el tintero algo mucho más importante: cómo superar el miedo a conducir. Precisamente esto es lo que trataremos hoy.
¿Cómo superar la amaxofobia o miedo a conducir?
Esta fobia siempre se acompaña de cantidad de conceptos negativos, lo cual la hace aún más difícil de tratar. Por este mismo motivo es necesario comenzar por aquí, por el uso de conceptos positivos. ¿Qué te parece ‘solución’?
El miedo a conducir tiene solución; este se supera y los conductores circulan normalmente, beneficiándose del completo uso de sus vehículos.
Para comenzar a trabajar en ello, primero es necesario, como ocurre en cualquier terapia, que el usuario sea capaz de ver la dificultad que tiene, que sea consciente de su pequeño problema. Una vez esto, ocurre, el miedo a conducir se trabaja de tres maneras diferentes, realizándose una a una y no pudiendo cambiar su orden ni eliminarlas. Estas son:
- El pensamiento anticipatorio.
- Las técnicas de control fisiológico.
- Un programa de enfrentamiento gradual.
Ahora, podemos verlas una a una.
El pensamiento anticipatorio
Se comienza reconociendo los miedos que cada uno podemos tener, tipo ‘verás como no puedo aparcar’, ‘van a pitarme’, en ese semáforo se me cala’, etc.
En necesario comprender que esas cosas no ocurren siempre. Al principio es mucho más común por la falta de experiencia, pero es precisamente esta la que hace que, poco a poco, mejoremos nuestra conducción y que no ocurran esas situaciones que tanto nos disgustan.
Por otro lado, también es necesario darse cuenta de que no pasa nada. No importa si nos quedamos parados en mitad de una cuesta o si el de detrás tiene demasiada prisa. Todos tenemos el mismo derecho a conducir, esas cosas pasarán y no te van a afectar de ninguna manera. Así, pues, lo que tenga que venir, vendrá y cuando eso ocurra, encontraremos una solución sencilla.
Las técnicas de control fisiológico
Una vez se han desterrado estas inquietudes, toca relajarse. Se trata de combatir el estrés hasta llegar a evitarlo. El simple hecho de sentarnos al volante ya es motivo de tensión y esa no es la manera de circular. Debemos estar relajados, para lo cual se realizan tantos ejercicios de autocontrol y técnicas de relajación como sean necesarios, siempre adaptados a las características del usuario. Se trata de que, finalmente, florezca nuestra seguridad.
Un programa de enfrentamiento gradual
Finalmente, nos queda, como podrás imaginar, sentarnos al volante.
Se tiene que realizar un plan de enfrentamiento gradual que sea personalizado. Primero se trabaja sobre emuladores virtuales y después se sale a la carretera. Esto se hace siempre con supervisión del profesional quien, según considere, decidirá cómo continuar para finalizar la terapia para eliminar el miedo a conducir.
¿Qué opinas de esta fobia? ¿Alguna vez la has padecido? ¿Crees que es fácil superarla?
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