En esta ocasión vamos a analizar el control de crucero. Se trata de un sistema que permite salvar vidas al volante pero que también puede llegar a ser peligroso si se usa de manera inadecuada.
¿Qué es el control de crucero?
El control de crucero es una utilidad cada vez más vista en los automóviles. Se trata de un sistema de control de velocidad que nos mantiene en la cifra que hayamos elegido. Lo que hace es trabajar la potencia del vehículo, aumentando o reduciendo según corresponda.
Esto se consigue de manera autónoma, es decir, sin que nosotros tengamos que trabajar sobre los pedales.
Se utiliza desde un mando situado, generalmente, en el volante.
Su gran ventaja es que permite reducir el cansancio físico de quien conduce. Sin embargo, esto puede llevar al aburrimiento. Lo ideal es establecer un equilibrio de conducción autónoma y guiada por el conductor; sólo de esta manera podremos hacer que uno de los factores clave en la producción de accidentes de tráfico, el humano, aumente.
¿Cómo controla la velocidad?
El control de crucero limita la velocidad de cuatro maneras.
- Limitador de velocidad: Debemos mantener presionado el acelerador aunque, llegado el punto en que se alcanza la velocidad deseada, esta deja de aumentar aunque esté pulsado.
- Control de velocidad de crucero: Mantiene la velocidad impuesta de manera constante, sin que pisemos los pedales. Al hacerlo, el automatismo queda cancelado y volvemos a tener el control sobre el vehículo.
- Control de velocidad de crucero adaptativo: Trabaja la función del automóvil según la distancia con los que nos preceden. Así, autónomamente , frenaremos al acercarnos a otros.
- Controles de velocidad de conducción semiautónoma: Estos son más actuales. Además de hacer uso del control de velocidad de crucero hace que sigamos en nuestro carril. Hay opciones, incluso, que permiten que sigamos al vehículo que tenemos delante o que se realicen maniobras automáticas.
Funcionamiento interno del control de crucero
Para que esto sea posible y no se produzcan acelerones bruscos o pérdidas de control en alas curvas, el control de crucero cuenta con el regulador PID, un sistema casi tan antiguo como el propio coche.
El regulador PID no sólo trabaja comparando la velocidad actual con la deseada sino que también se tiene en cuenta la tenida en momentos anteriores.
De su nombre entendemos que existen tres componentes para este.
- P: Aplica una potencia de salida que es proporcional a la resta de las velocidades dada y deseada. Esto es, si falta mucho para alcanzar el objetivo, se aplica mucha potencia; si falta poco, poca.
- D: Regula la potencia de salida para que no cambie bruscamente. Cuando estamos lejos del objetivo, prácticamente no actúa; conforme nos acercamos, se impone respecto al término P.
- I: Se encarga de “solventar la situación” entre los anteriores. Acumula el error entre velocidades en el tiempo. En un principio, no actúa; este mecanismo espera a comprobar si dicho error se está manteniendo en el tiempo y si debería suceder o no. A partir de esta información, actúa.
¿Y tú? ¿Utilizas el control de crucero? ¿Te resulta útil?
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