El verano invita a salir, a pasarlo bien y a disfrutar, tanto cerca de casa como lejos. Sin embargo, ese buen tiempo se acompaña de un exceso de temperatura, lo que nos obliga, nos guste o no, a poner a punto el aire acondicionado del vehículo. Hoy es el día en que te contamos cómo hacerlo y te comentamos algunos aspectos importantes sobre este complemento.
El aire acondicionado no es una necesidad, si bien, debemos comentar que una graduación excesiva disminuye nuestra concentración cuando conducimos. Es por ello que se vuelve tan necesario que, de una manera u otra, no nos sintamos acalorados y fatigados.
Una manera de conseguirlo es, obviamente, evitar las averías, lo cual sólo se consigue si llevamos a cabo un adecuado mantenimiento del conjunto. Así, y respetando la temperatura aconsejada, que es de 23º, tus viajes serán una delicia y, sobre todo, seguros.
¿Cómo funciona el aire acondicionado de tu vehículo?
Son varios los problemas que pueden surgir con esta parte de tu vehículo: complicaciones del compresor, filtro de aire sucio, fugas de gas…
El funcionamiento del aire acondicionado consiste en la circulación de gas por un circuito, el cual puede ir mellándose y creando fugas de tamaño minúsculo pero cruciales para no terminar asado en mitad de un largo viaje.
Entonces… ¿cómo se puede poner a punto el aire acondicionado?
En el taller…
Lo primero y principal es adelantarse a los acontecimientos y acudir a un taller para que te lo revisen; aprovecha y que sea esta la revisión anual. De esta manera, cualquier problema que haya o pueda surgir será identificado por el mecánico y podréis poner solución rápidamente.
Además, de vez en cuando te tocará cargar ese mismo gas tanto si han habido fugas como por el propio consumo.
Una alerta de que algo no va bien es un olor desagradable que aparezca al encenderlo. Esto significa que no hay nada roto pero los filtros deberán sustituirse. Ahí habrá de todo (hongos, bacterias, polvo… Sin embargo, lo más peligroso es la acumulación de benceno, que es una toxina que afecta a algunos de nuestros órganos.
Hay que darle una muy buena limpieza, aunque lo recomendable es cambiarlo cada año. De hecho, es algo que puedes hacer tú mismo si te haces con una pieza compatible.
Una buena limpieza de vez en cuando hará que ahorres en tiempo y dinero, pues no tienes más que ir revisando los radiadores, los conductos, las mangueras… Es relativamente fácil y hace ue tu sistema siempre funcione a la perfección.
Puesta en marcha
La manera de encender el aire para no forzarlo y que disfrutes cuanto antes de el es la siguiente:
- Abre las ventanillas para dejar que escape el calor que se haya acumulado.
- Enciende el aire.
- Configúralo para que funcione a velocidad mínima, con temperatura algo fría.
- Cuando el habitáculo esté a temperatura ambiente, cierra las ventanas y emprende la marcha.
- Con el calentamiento del motor podrás ir aumentando la velocidad del ventilador y graduando la temperatura a la vez que se va notando el fresco.
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