Con una esperanza de vida cada vez más alta, es normal que nos preguntemos qué papel tiene la población envejecida en la seguridad vial.
Los conductores con una edad más avanzada son oficialmente un sector de riesgo presente en una muy buena cantidad de siniestros viales. De hecho, los mayores de 65 años conforman el tramo de causantes de un mayor número de víctimas mortales. ¿El motivo? La merma de las diferentes capacidades motoras, necesarias para maniobrar, sobre todo, en momentos en los que hay que actuar bajo reflejos.
Población envejecida y seguridad vial = triple posibilidad de accidente en la carretera
La Comisión Europea nos dice tanto la siniestralidad como la tasa de mortalidad se multiplica de manera exponencial a partir de los 75 años si tenemos en cuenta la media estadística con los demás conductores, acentuándose más aún si contrastamos con los jóvenes y nóveles.
Podemos poner un ejemplo concreto, indicando que un joven de 2 años tienes tres veces más posibilidades de vivir que una persona de 65. Y siguiendo el ejemplo, el hombre es víctima mortal el doble de veces que la mujer. Curiosamente, hay más mujeres conductoras en edad avanzada, lo cual hace que la estadística sea más estremecedora.
De los 17000 accidentes habidos entre 2010 y 2015, el 25% fueron causados por personas de 65 años o más. Esta tasa está en aumento, lo cual tampoco es de extrañar si tenemos en cuenta que son 3 millones los conductores con carnet en vigente en nuestro país que tienen esa edad.
Otro factor que hace que aumente el riesgo de accidente por población envejecida es el tipo de vehículos que conduce. Por lo general, estas personas mantienen automóviles con una treintena de años o más.
Además, nos encontramos con que la gran mayoría de colisiones en las que la población envejecida está presente se da en zona urbana, motivados por la existencia de deficiencias motoras y sensoriales tanto de percepción como de atención. La menor agudeza visual, el uso de fármacos, problemas de audición, etc.
También encontramos con que los mayores incumplen, de manera sistemática, algunas normas como la marcha atrás, no mirar los espejos, hacer caso omiso a la prioridad e invadir otros carriles de manera inadecuada además de, por supuesto, no parar en los STOP, comportamiento infractor que comparten con el resto de conductores.
¿Qué hacemos para evitar los accidentes de tráfico producidos por población envejecida?
Tenemos que comenzar por decir que no existe una edad en la que ya no se pueda conducir. Simplemente, a partir de los 65 años la prórroga del carnet pasa a ser de 5 años en lugar de 10.
Tenemos que comentar que la población mayor sólo conduce cuando considera que se dan buenas condiciones para ello, siendo los primeros en optar por otro tipo de transporte cuando se dan casos de mala visibilidad, cuando hay un tráfico muy denso, etc.
Sabido esto, algunas medidas que se pueden tomar para facilitar la conducción de estas personas es hacer que se vean y lean mejor las señales de tráfico, hacer que los elementos del interior del vehículo se simplifiquen para hacerlos más accesibles y crear y compartir consejos para hacer una mejor gestión de los problemas de conducción que se derivan de la edad del conductor.
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