Muchas veces en el día a día, nos puede pasar que nuestro vehículo sufra una avería o un pinchazo en la carretera y tenemos que parar, ¿Qué hacer ante esta tesitura?
Esto conlleva un riesgo ya que debemos indicar a los demás conductores el problema que tenemos, por lo que debemos salir de la vía lo antes posible y situarnos en un lugar que no entorpezca la circulación de los demás conductores.
Tendríamos que señalizar la presencia de nuestro vehículo para evitar una posible colisión.
Esto lo hacemos en primer lugar encendiendo los cuatro indicadores, y una vez hayamos hecho esto, pasaremos a colocarnos los chalecos reflectantes (visibles a una distancia mínima de 150 metros) antes de salir del coche. Posteriormente colocaremos los triángulos de emergencia, en caso de que sea de noche al ir a colocarlos situar el mismo delante de nuestro pecho para que los demás conductores nos puedan ver.
Estos se colocarán a una distancia mínima de 50 metros (visibles desde 100 metros) del coche, solo uno en caso de autopistas o autovía en la parte trasera del mismo y los dos, uno delante y otro detrás, en caso de que estemos en una carretera con dos sentidos de circulación con un solo carril para cada sentido.
Posteriormente, nos tendremos que colocar en un lugar seguro fuera de la carretera y si fuera posible detrás de las vallas de protección.
En Peritos de Accidentes nos han llegado casos en los que se ha colisionado con el vehículo parado por no estar situados los triángulos a la distancia mínima de 50 metros para señalizar ese peligro, o se ha atropellado a peatones al estar estos fuera del vehículo y no tener los chalecos reflectantes puestos para poder visualizar, etcétera.
Para ver la importancia de utilizar estos elementos de emergencia estudiamos un caso en concreto en el que al vehículo de nuestro cliente se quedó sin gasolina en una vía de doble sentido de circulación. El arcén era impracticable: tenía un ancho de 1 metro aproximadamente por lo que el vehículo ocupaba parte del carril.
Amanecía en esos momentos, el vehículo tenía los indicadores de emergencia accionados y el triángulo de emergencia situado a unos 10 metros en la parte posterior del vehículo.
Nuestro cliente y un pasajero se encontraban poniendo la gasolina en el vehículo en el lateral izquierdo trasero uno delante de la boca del depósito de la gasolina con chaleco reflectante y el otro peatón a su izquierda (este sin chaleco).
El vehículo contrario atropelló a los dos peatones sin efectuar maniobra de frenada ni de evasión. Peritos de accidentes pudo demostrar que el conductor del vehículo contrario podía percibir las luces de emergencia a una distancia de 140 metros y a 110 metros podía apreciar el chaleco reflectante, el triangulo y la señalización luminosa.
El conductor disponía de unos 124 metros para realizar cualquier maniobra para prevenir el posible peligro, dicha distancia era suficiente para reaccionar y realizar alguna de las maniobras de evasión, detención o adecuar la velocidad.
Esto se debió a que el conductor del vehículo contrario no iba prestando atención a la conducción. Finalmente, el juez dictaminó la culpabilidad del conductor.
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