En diversas ocasiones se te presentarán casos en los que a priori tu cliente parece ser culpable en todos los aspectos, y comparando la dificultad del caso con los escasos beneficios que se pueden obtener, te planteas si vale la pena llevar el caso cuando cobras a porcentaje de lo ganado, es en ese momento cuando te preguntas: ¿Cómo puedo maximizar mis beneficios? ¿Estoy seguro de rechazar el caso? No dejes el caso en manos de otro abogado que pueda obtener beneficios que pudieran ser tuyos.
Se puede afirmar que, aunque en principio nos parezca que un caso tiene gran dificultad, le podemos siempre sacar un beneficio. Para ello se debe comenzar siempre por estudiar el caso a fondo, recabar todas las pruebas y evaluar todas las posibilidades de cómo pudieron acontecer los hechos atendiendo a las distintas versiones de los implicados y planteando otras alternativas de cómo pudieron darse los hechos.
Siempre será de gran utilidad ponernos en situación de los implicados y determinar aspectos externos que pudieron influir en el accidente como otros vehículos, elementos fijos y móviles que obstaculizaban, si en el instante del accidente se encontraba la vía en las mismas condiciones.
Recordemos que la no confirmación de un hecho mediante una prueba fehaciente que lo demuestre puede crear la duda ante el juez, momento en el que este no podrá afirmar la culpabilidad de alguna de las partes, no teniendo más remedio que dictaminar una concurrencia de culpa.
También existen diversos aspectos atenuantes, mediante los cuales se puede establecer la no culpabilidad total de nuestro mandante, como puede ser un exceso de velocidad por alguna de las partes que impidiera reaccionar a la parte contraria, el mal estado de la vía, una conducción negligente…Si encontramos aspectos negligentes, achacables a la parte contraria no solo el juez podrá dictaminar la concurrencia, sino que las negociaciones con la compañía aseguradora previamente al juicio serán más fáciles, aunque mostrar las cartas antes de tiempo puede ser contraproducente ya que estamos poniendo en preaviso a la parte contraria de nuestra estrategia dándoles a estos un margen de tiempo para que se puedan preparar, por tanto se deberá evaluar esta posibilidad con detenimiento.
En multitud de ocasiones, han llegado a nuestras manos casos en los cuales parecía estar todo en contra de nuestro cliente estando abocado a un desenlace final de culpabilidad, sin embargo tras un largo estudio del caso siempre hemos encontrado aspectos culposos achacables a la parte contraria.
En casos en los que la cuantía a indemnizar es elevada, un pequeño porcentaje que se obtenga de concurrencia puede dar un gran beneficio económico a alguna de las partes.
Ramón Antonio Rey Sánchez
Deja una respuesta