Muchos de nuestros post, por no decir que todos, tratan, de manera directa o indirecta, el tema de la seguridad vial. Sin embargo, nunca nos hemos detenido para explicar lo que este concepto significa, y esto es precisamente lo que haremos hoy.
Los vehículos han supuesto una revolución en la sociedad. Aunque es evidente que hemos vivido miles de años sin ellos, lo cierto es que resultaría difícil decir que se trata de un invento prescindible. De hecho, aunque los vehículos a motor son “recientes”, la tracción animal, con milenios de antigüedad, fue una gran propulsora de la agricultura, permitiendo a nuestros antepasados dar un paso de gigante en este y otros aspectos.
Sea como sea, lo que es cierto es que, a día de hoy, los vehículos son una necesidad para el ritmo y estilo de vida que llevamos. Quien tiene la suerte de no usar un coche a diario, toma un vuelo para sus vacaciones. También hay quien opta por económicos interraíles y quien usa el yate como barco de recreo.
La necesidad de seguridad vial en nuestra sociedad
Sin embargo, a pesar de ofrecer muchas cosas positivas, los automóviles tienen un aspecto muy negativo: los accidentes. Dicho aspecto causa preocupación, ansiedad y dolor.
El tráfico es un sistema que, aunque no lo pueda parecer, es muy complejo. En la interacción entre los elementos existe siempre un cierto riesgo, incluso en los casos en los que creemos que no. Cualquier accidente se puede producir si existe una falta de armonía entre los elementos implicados, cosa que ocurre a menudo.
La seguridad vial es el concepto que pretende reducir al mínimo esa probabilidad de riesgos, evitando, de esta manera, que se produzcan los accidentes de circulación. Es evidente que nunca podrá significar la no ocurrencia de accidentes, no va a tener valores absolutos, sobre todo al entrar en juego el factor humano, cuya capacidad de decisión siempre es libre.
Sin embargo, la inmensa mayoría de accidentes son evitables. Por tanto, sí podemos hablar de seguridad vial al término de considerar como tal el conjunto de actuaciones destinadas a mantener el orden y la armonía entre los elementos que conforman el tráfico.
La seguridad es un derecho del ciudadano, y mantenerla, un deber de la Administración. Por este motivo, todos debemos aunar esfuerzos para mantenernos a salvo en la carretera.
En este contexto, nos encontramos, por un lado, con proyectos que tratan de hacer comprender al usuario los peligros que implica tanto conducir como transitar, para uno mismo y para los demás. Todos los años nos encontramos con diferentes campañas de la Dirección General de Tráfico en épocas típicas como Navidad o el mes de agosto, así como otras que se reparten a lo largo del año y que se enfocan, en cada ocasión, en un tema diferente.
También existe, por supuesto, una normativa, el Reglamento General de Circulación, que penaliza las actitudes que ponen en riesgo esa armonía con sanciones tanto económicas como penales y de otro tipo.
Es de esta manera como se pretende conseguir un nivel de seguridad vial compatible con el derecho esencial de seguridad para el ser humano.
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