El espíritu de los jóvenes y la experiencia al volante de las personas de mayor edad sirven como excusas a quien niega que con la edad conducimos peor.
Llega un punto en que, aunque se adquiera experiencia, existen otros aspectos que hacen que la conducción no mejore con el paso de los años si no todo lo contrario. Son los que veremos en esta entrada. Por supuesto, el que los jóvenes son un peligro al volante por ser alocados es una afirmación muy difícil de argumentar y que, en todo caso, sería una excepción.
La conducción según la edad
Existen argumentos para afirmar que con la edad conducimos peor y que sí son imposibles de rebatir, aunque, por supuesto, también tendrán sus excepciones.
Limitación física
Comencemos por hablar del aspecto que más obvio nos puede parecer a nivel físico: la vista. Con la edad conducimos peor porque vemos menos. Se pierde agudeza visual, la vista lejana es muy poco nítida y tardamos más en ver los objetos que se pueden convertir en obstáculos.
Podemos destacar también la movilidad del cuello, que al reducirse limita al ángulo visual, potenciando esta pérdida de visión y, con ello, de reflejos.
Sin embargo, existe una limitación física general que se va dando de manera gradual por lo que quien conduce no lo percibe. Se pierden fuerza y agilidad y se tarda más en llevar a cabo cualquier acción.
Actuaciones como entrar en el vehículo o ponerse el cinturón ya son más costosas. Perder firmeza en las manos hace que no sepamos qué no está transmitiendo el automóvil, lo cual se convierte en riesgo inmediato.
Conceptos obsoletos
Por otro lado, nos encontramos con que los conductores sénior no conocen la teoría y la nueva normativa de circulación. Estamos hablando de personas que obtuvieron su carnet de conducir hace 40 e incluso 50 años.
Una buena manera de solucionarlo pasaría por realizar una actualización de los conocimientos a los mayores de cierta edad. Si bien es algo difícil puesto que la normativa ha ido evolucionando progresivamente y siempre habría alguien a quien se le escaparía algo.
Sea como sea, sería interesante la que Dirección General de Tráfico realizase algún tipo de control que sirviese para determinar si se conocen o no señales, normas y otros aspecto relacionados con la conducción con los que interactuamos día a día.
Finalmente, otros conceptos que los conductores más veteranos desconocen son los relacionados con la seguridad tanto activa como pasiva. El avance en la tecnología desde la obtención de un carnet hace muchos años ha sido mayúsculo y son pocas las personas de avanzada edad las que conocen qué dispositivos incorporan los nuevos vehículos ni cómo funcionan.
Ses como sea, no podemos negar que con la edad conducimos peor. Por supuesto habrá excepciones y habrá también conductores jóvenes que no circulen todo lo bien que deberían. Sin embargo, la tónica es que a edades avanzadas la capacidad de conducción se ve mermada.
¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Conoces alguna excepción? Nos encantaría conocerla.
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