¿Alguna vez has escuchado hablar del concepto de carretera 2 + 1? Aunque desde MAPFRE se viene dando a conocer, lo cierto es que se trata de un tipo de vía que no se considera en nuestro país. Hay muy pocas y la verdad es que muchos conductores no conocen su funcionamiento.
Existe una alta siniestralidad en carreteras convencionales en todo el mundo, pero con un acusado repunte en nuestro país. De los fallecidos en estas, se supera el 50% en casos de salida por la vía izquierda. Obviamente, se trata de una maniobra que requiere de muchísima atención y precaución en calzadas con un carril por cada sentido, pero necesaria al mismo tiempo.
La alternativa es la autovía o autopista y, claro, no es una opción que venga bien a todos los conductores en función de su recorrido. Además, la inversión económica para construir este tipo de vías de manera que satisficiera la demanda sería inmensa.
Las carreteras 2+1 son una solución intermedia que reduce la siniestralidad a la vez que permite un desembolso menor a la hora de construir.
¿Cómo funcionan las carreteras 2 + 1?
Las carreteras 2 + 1 cuentas con dos carriles, uno por sentido, y un tercer carril central que alterna su sentido por tramos para que se puedan realizar adelantamientos con seguridad, sin tener que invadir el sentido contrario para conseguirlo. Este cambiaría su sentido cada 5 o 10 kilómetros.
Además, para extremar la seguridad, ambos sentidos estarían separados por elementos como vallas o pivotes, no sólo por una línea continua. De esta manera, se evita el vicio de hacer uso del doble carril y el de sentido opuesto para adelantar. Además, por supuesto, la separación más evidente servirá para poder identificar, sin error, los tramos en los que se puede adelantar.
Convertir una secundaria en una 2 + 1
La construcción de este tipo de vías se prevé que podría salvar a 338 víctimas al año en nuestro país. Este debería ser un motivo más que suficiente para optar por su inclusión en, al menos, los principales recorridos del país o en aquellos tramos donde se produce un mayor número de accidentes.
Sin embargo, si esto no es suficiente para quien deba tomar la decisión, también podemos destacar que la conversión de una convencional a una carretera 2 + 1 es una opción que destaca por su increíble relación eficacia/coste de implantación. Es, por tanto, una opción más que significativa en los tramos de difícil adelantamiento (por proliferación de vehículos lentos o cambios de rasante continuos, por ejemplo) si queremos primar el desembolse económico y evitar el coste de una vía del tipo autovía o autopista.
Aquellas carreteras comarcales o provinciales cercanas a zonas agrícolas o poblaciones que tengan una Intensidad Media Diaria que no pueda justificar la construcción de una calzada mayor son ideales para comenzar con el cambio.
Suecia, precursora de este tipo de vías, ha reducido la mortalidad en vías de estas características un 76%, cayendo incluso por debajo, en ocasiones, el número de muertes respecto a vías mayores.
Su enorme éxito ha hecho que países como Alemania, Irlanda, Francia y Finlandia imiten la práctica con similares resultados.
En cuanto a España, estas se encuentran en la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020 pero la primera norma sobre su trazado se redactó en 2016 y apenas encontramos vías de este tipo en la C-55 o la C-58.
¿Qué te parece esta nueva propuesta en seguridad vial?
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